Un lugar para crecer

“Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan.
Y lloró Ezequías con gran lloro.”
 
2 Reyes 20:3
 
Ezequías vino delante de Dios, inmediatamente después de haber recibido la noticia que moriría. Comenzó su ruego haciéndole mención al Señor de que considerara cómo él había andado en sus caminos. Inicia diciéndole a Dios que ha andado en verdad
Los antepasados de Ezequías fueron reyes que, algunos hicieron lo bueno ante los ojos de Dios, pero otros hicieron lo malo. La primera lección que podemos aprender de este relato es que el pasado no define nuestro futuro. Ezequías no se conformó con ser igual a sus antepasados, sino que propuso en su corazón andar en los caminos de Dios.
Ezequías anduvo delante de Dios con integridad de corazón. Esto significa que todo le pertenecía a Él. No dejó el rey en su corazón a nada ni nadie que ocupara el lugar de Dios. Un corazón entero es lo que Dios demanda de sus hijos, no un corazón a medias o compartido con alguien más. Jesús lo declaró cuando dijo que no podemos servir a dos señores. Dios demanda de sus hijos estén con un corazón dispuesto a obedecer.
El rey Ezequías estaba quebrantado físicamente, su cuerpo estaba enfermo y quebrantado, pero para clamar por un milagro era necesario quebrantar su corazón delante del Señor.
En tiempos de crisis:
• No te rindas.
• Estar de rodillas, quebrantados delante de Dios.
• Dios cambia la tristeza en alegría.
• Es necesario humillarnos y reconocer que solamente nuestro Dios nos puede ayudar en este tiempo de angustia.
Confía plenamente en el poder de nuestro Dios todopoderoso.
 
 
CARLOTA QUINTANILLA
DPTO RELIGION METODISTA