Un lugar para crecer

JEHOVA SHALOM EL SEÑOR ES NUESTRA PAZ

 

 (Apoc. 17:14), Él es quien crea la paz y la sostiene en el alma del creyente y en todo el universo.

 

Él es quien da la paz como regalo a los que Lo buscan, y a los que creen en Jesús, en su naturaleza humana Él tuvo emociones sanas sintió tristeza cuando vio que el pueblo de Jerusalén lo crucificaría, lloró por la muerte de su amigo Lázaro, se airó cuando los mercaderes vendían en el templo, sintió compasión cuando curo las heridas del leproso, amaba a todos sus discípulos.

Mas sin embargo todos estos sentimientos y comportamientos estaban perfectamente consecuentes con la serena calma que marcaba toda Su carrera. Por lo tanto, la paz no es una indiferencia sin emociones, ni se encuentra en evitar deberes difíciles, ni en esquivar con cobardía los sacrificios y los dolores y las luchas… ¿Por qué la edad adulta de Cristo fue tan perfectamente tranquila? El secreto está en esto. Fue una edad adulta que se vivió en una comunión ininterrumpida con el Padre.

 ¿Y cuál fue el secreto de esa comunión ininterrumpida con el Padre? Está en esto, en la perfecta sumisión de Su propia voluntad. La resignación es paz. La entrega de la propia voluntad es paz. La obediencia es paz. La confianza es paz. Y la comunión con lo divino es paz.»  Esta verdadera paz que da el «Señor de paz» es dada «siempre y en todas las circunstancias». Es una paz para cada corazón individual, una paz entre los seres humanos, una paz con Dios en cada momento, en cada situación, en cada lugar, colegas hermanos, la calma, la tranquilidad en nuestros corazones dejémoslos y descansamos en la presencia de Cristo. Porque Él dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. (Juan 14:27)

 

LA PASTORAL DEL LBMWT

Jorge Núñez Berrios Asistente de Capellanía