Un lugar para crecer

Según San Mateo 6: 9-13

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

 

 

INTRODUCCIÓN GENERAL:

La respuesta al llamamiento de Nuestro Señor Jesús, es la fe. La fe en Jesucristo es una confianza que no se deja influenciar como ocurre con cualquier otro tipo de llamamiento religioso. Esta está fundamentada en una persona viviente. Cristo el Señor es el Hijo de Dios. El tiene poder y autoridad en toda la creación.

 

El Señor Jesús concedía a la fe una gran significación. La fe más insignificante, tan pequeña como un grano de mostaza, para Jesús tiene sentido, valor y mucha importancia. Algunas personas que aun no creían en Jesús, clamaban: “… ayúdame a pesar de mi incredulidad” o “ayúdame a confiar más en Dios”. (Marcos 9:24).

 

Los Reformadores de la Iglesia, recurrieron en su delicada tarea al discurso, estudio bíblico, predicación, organizarse debidamente. Sobre todo, permanecían y dependían de la oración; invocaban permanentemente al Señor de Quién recibían la orientación y respuestas a sus peticiones. La oración fue la gran oferta de Dios para lograr el formidable cometido de La Reforma Protestante.

 

Debemos tener presente lo que Jesús nos dice en Mateo 6: 7- 9: “Cuando ustedes Oren, no usen muchas palabras, como hacen los que no conocen verdaderamente a Dios…” Con este tipo de orientación pastoral, el Señor Jesús -según Mateo- los introduce a la oración: EL PADRE NUESTRO que el Señor enseñó a sus discípulos.

 

En este espíritu, les invito a releer y descubrir el sentido y valor de la Oración que el Señor nos ha dejado a sus discípulos.

 

DEL DEPARTAMENTO DE RELIGIÓN Y CAPELLANÍA DEL LBMWT

Gastón Cartes Salazar