Un lugar para crecer

Buscadme y viviréis

Eran las 5 de la mañana abrí mi nuevo testamento en 2 de pedro 1:4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. Ese fue mi devocional por la mañana.

Por la tarde me invitaron a la catedral y se leía: De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo. Señor, oye mi voz; Estén atentos tus oídos A la voz de mi súplica. JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado. Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; En su palabra he esperado. Mi alma espera a Jehová Más que los centinelas a la mañana, Más que los vigilantes a la mañana. Espere Israel a Jehová, Porque en Jehová hay misericordia, Y abundante redención con él; Y él redimirá a Israel De todos sus pecados.

Y por la noche con pocas ganas fui a una reunión en la calle Aldersgate donde oí la lectura del prólogo de Martin Lutero sobre la carta de san Pablo a los Romanos: Así como solo la fe justifica trayendo consigo el espíritu de placer por las buenas obras.

Espero que esta misma búsqueda nos motive para nosotros buscar la verdad en Jesús.