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JESÚS Y EL LAVADO DE PIES:

TEXTO BÍBLICO: (Juan 13:1-17)

3 sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. 5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido. – EDICIÓN REINA – VALERA EN ESPAÑOL. 1960

 

INTRODUCCIÓN: Todos sabemos que, Jesús era y es el Hijo de Dios—Dios mismo en la carne; y, por tanto, el trabajo de un siervo, como el lavamiento de los pies de visitantes, no era un trabajo apropiado para Él. Sin embargo, leemos que Jesús tomó el lugar del siervo más insignificante para “lavar pies malolientes”—¡los pies de Sus propios discípulos. ¿Por qué Jesús hizo eso? Jesús lo hizo para dar un ejemplo de humildad y servicio. Los discípulos (de los cuales ninguno había ofrecido lavar los pies a los demás) solían discutir frecuentemente en cuanto a quién de ellos era el mayor, así que esto les enseñó adicionalmente que el que se humilla es el mayor. El orgullo no engrandece a nadie, pero Dios exalta a los humildes. Jesús también hizo eso para enfatizar Su misión de servicio en la Tierra. Como Jesús, los discípulos también debían estar dispuestos a servir a los demás—incluso cuando se trataba de hacer lo que nadie generalmente quería hacer. Hubo algunas mujeres que hicieron exactamente eso.

CONTEXTO BÍBLICO: Los que se consideraban iguales en esa epoca, no se lavaban los pies unos a otros, excepto en muy raras ocasiones, y como una señal de un gran amor. Lucas señala que los discípulos discutían sobre quién era el más grande entre ellos (Lucas 22:24), una actitud que excluía la disposición de rebajarse a lavar los pies. Cuando Jesús se dispuso a lavar sus pies, se quedaron sorprendidos (ver también Juan 13:1-16). Las acciones de Jesús sirven también como un símbolo de limpieza espiritual (Juan 13: 6-9) y un modelo de humildad cristiana (Juan 13: 12-17). Al lavar los pies de Sus discípulos, Jesús nos enseñó la lección del servicio desinteresado que estaba absolutamente demostrado por Su muerte en la cruz.

CONTEXTO PARA HOY: ¿Debemos lavar pies “malolientes” hoy? No necesariamente; la lección es que Jesús quiere que seamos humildes y serviciales ante Dios y los demás. Si Dios en la carne realizó un servicio tan humilde ante los seres humanos que realmente deben servirle, ¿Cuánto más nosotros debemos servir con amor a los demás y a Dios mismo?

AMADOS, AMADAS, HERMANOS, HERMANAS, QUE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO TRANFORME NUESTROS CORAZONES, LOS RENUEVE, PARA QUE SEAMOS HONESTOS Y LEALES EN SERVIR A LOS DEMAS CON SENCILLEZ DE CORAZON.