Un lugar para crecer

 No ruego solo por estos. Ruego también por los que han de creer en mí por el mensaje de ellos, para que todos sean uno…

Juan 17: 20-21

 

Todo el capítulo 17 de Juan, es una oración por los discípulos que están junto con Jesús en el momento en que la pronuncia. El versículo 20 deja claro el hecho de que Jesús ha dejado de pedir por sus 11 discípulos y ha comenzado a orar por los cristianos de todos los tiempos. Su petición es nuevamente por la unidad de todos ellos. Aunque parezca increíble si había algo que les era difícil a los discípulos: la unidad. Discutían por ser el principal de todos.

Los discípulos eran todo menos unidos, pero ahora el Señor estaba orando para que estos y toda su iglesia en general fuesen unidos y que en ellos no hubiese divisiones y que, así como Él era uno con su Padre, también fueran uno y así el mundo creería que su Padre lo había enviado. De esta forma, la iglesia llegó a conocerse en sus primeros días por la increíble unidad que existía entre ellos.

El Señor ora para que su iglesia reciba su amor. Por la fe en Cristo Jesús hemos llegado a ser amados por Dios y es este amor que transforma nuestras vidas y nos mantiene unidos en una perfecta relación con Él.

                De esta forma la labor de Jesús con sus discípulos había terminado en esta tierra, había estado todo este tiempo atrás con ellos enseñándoles e instruyéndoles en el camino correcto, ahora finalizaba su tarea orando por ellos, y no solo por ellos, sino por aquellos que creerían en Él gracias a la predicación de estos. ¡Jesús está orando por mí!

Ora para que compartamos una manera justa de vivir que es propia de Jesús. Lo que caracteriza a la gloria de Jesús es su justicia, su misericordia, su amor y su fidelidad. Es un compromiso que asumimos en fe y en todas sus dimensiones, ya sean públicas o privadas, individuales o colectivas en el maravilloso camino de Jesús.

 

Carlota Quintanilla

Dpto. Religion Metodista