Un lugar para crecer

Nada puede detener la fuerza de la poderosa presión del agua. Menos de metro y medio de agua puede levantar un automóvil que pesa una tonelada o más y moverlo a su antojo. Probablemente hemos visto en las noticias reportes donde casas enteras son arrastradas durante una enorme inundación o ciudades son inundadas por un maremoto. De la misma forma, nosotros podemos tener obstáculos que parecen insuperables o sueños que parecen inalcanzables, pero permítanme animarlos: cuando Dios libera un torrente de su poder, nada puede detenerlo, una enfermedad puede parecer grande, pero cuando Dios derrama un torrente de sanidad, no tendrá la más mínima oportunidad. Sus opositores podrían ser más fuertes, mejor financiados y mejor equipados, pero cuando Dios abre las compuertas, ellos no podrán comparársele. Puedes estar pasando por un duelo, perder una relación, o una amistad, pero cuando Dios libera un torrente de su gracia esta te sostiene. Padre, te amamos y te agradecemos por tu gran poder que está obrando en nuestras vidas. Permítenos que este tiempo de nuestro devocional diario puedas ayudarnos a vencer todo obstáculo en nuestro camino que nos desvía.

Colegas amigos hermanos sabemos que Dios es más grande que cualquier cosa que estemos enfrentando, sus compuertas estarán abiertas como un maremoto de bondad para sostenernos y limpiar nuestro camino para la victoria en cada área de nuestras vidas. En el nombre de Jesús. Amén.

 

 

DEPARTAMENTO DE RELIGIÓN Y CAPELLANÍA DEL LBMWT.

Jorge Ricardo Núñez Berrios

Asistente de Capellanía