Un lugar para crecer

Mateo 6: 9-13

Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.

10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.

12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

 

“HÁGASE TU VOLUNTAD, COMO EN EL CIELO ASÍ TAMBIÉN EN LA TIERRA”.

Desde luego que esta petición nos regresa al presente. Se refiere ahora ya. Es en este mismo instante que debemos hacer la voluntad de Dios. Este hecho es parte vital del Plan de Dios que se debe ejecutar incondicionalmente: “Que se haga Tu voluntad en la tierra como en el cielo.”

Esta petición está empapada de una gran verdad: “El Reino de Dios es una Sociedad, en la tierra, en donde Su voluntad se debe hacer como en el cielo”. O sea, la persona que hace la voluntad de Dios, gozosamente “está siendo parte del Reino de Dios”, y aquel o aquella que no está dispuesto/a hacer Su Voluntad, estaría “cerca pero no dentro del Reino”. La Iglesia Cristiana, es un MEDIO DE GRACIA, esencial en este aspecto.

Entendemos que “la voluntad de Dios es la instauración de Su Reino” en forma definitiva entre los hombres y mujeres de buena voluntad. “La Voluntad de Dios es que el ser humano viva y que “tenga vida en abundancia”. Nuestra esperanza como cristianos/as es que cuando desaparezca todo aquello que se opone a esa regia voluntad, vendrá el Reino de Dios con todo Su poder e infinita influencia santificadora…

Queridos Hnos/as, el Señor Jesús nos da la pista: La Voluntad de Dios se hace en el cielo perfectamente, ¿por qué no en la tierra?  Debemos aprender a orar como Él nos está indicando y renunciar a toda la maldad de nuestra mala voluntad que nos mantiene cautivos/as, nos estorba hacerla.

Que en este tiempo de prueba que nos tiene sometido la pandemia, podamos estar aprendiendo a liberarnos de nuestra “mala voluntad”.

 

DEPARTAMENTO DE RELIGIÓN Y CAPELLANÍA DEL LBMWT

Pastor Gastón Cartes Salazar