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TITULO: ¡COMO NOS COMUNICAMOS EN MEDIO DEL DOLOR!

TEXTO BIBLICO: Salmo 25 “A ti, oh Jehová, levantaré mi alma. Dios mío, en ti confío, no sea yo avergonzado. No se alegren de mi mis enemigos. Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; Serán avergonzados los que se revelan sin causa. Muéstrame, oh Jehová tus caminos; enséñame tus sendas. Encamíname y en tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación… «. Versión REINA –VALERA, 1960.

INTRODUCCIÓN: Al dar una mirada sencilla a los salmos, pareciera ser que Dios no se comunica con nosotros, no escucha nuestra voz u oración, ni el clamor de la gente que esta sumida en el sufrimiento y la injusticia, pareciera ser un Dios ausente, donde la soledad la ira y el dolor reinan. El salmo es una oración que brota a partir de la experiencia cotidiana; representa los gritos de pobreza, dolor, enfermedad, destierro, desesperanza, angustia, injusticia, etc. De personas como nosotros(as), que evidencias sus luchas, esperanzas, triunfos, temores, rebeldías y arrepentimientos en forma cotidiana.

DEL TEXTO BÍBLICO: EL salmo 25, contiene 3 verbos que son claves, el que ora declara: Elevo mi alma, confío y espero, incluyendo el pedir a Dios fidelidad, salvación misericordia y bondad. De ahí donde, el relato es una invitación a vivir aquellas expresiones en este tiempo complejo y de dolor. Para el salmista la desesperación se transforma en una puerta para comunicar la fe y en una oportunidad para ver lo bueno de Dios, aunque pareciera que el ataque y dolor nos destruyen. Los enemigos y el pecado son los gestores de la aflicción, pero hoy son otros los que originan el sufrimiento, por lo tanto, debemos tener la suficiente claridad para identificar el mal que nos ataca. Cada uno de nosotros(as) tiene la tarea de proyectar y comunicar lo bueno y lo recto de Dios en este tiempo.

CONCLUSIÓN: Muchos comentaristas identifican los salmos como las súplicas del pueblo, específicamente los gritos desesperados de los que sufren. Estos textos no eran las oraciones y canticos del templo, sino más bien, las realidades y experiencias del día a día, quizás es el grito de resistencia que surge desde la confianza y la fe, de quienes creen que el consuelo viene de Dios y que se sienten acogidos, animados y escuchados por ÉL.

AMADOS(AS) ALUMNOS(AS) PROFESORES (AS). Ojalá que en estos tiempos de pandemia de dolor y desesperanza puedan surgir, la Fe, la Esperanza y el Amor, que tanto necesitamos. AMÉN.