Un lugar para crecer

“…Tampoco yo te condeno”.

Juan 8:11-b

Amor es la esencia de Dios. Todos los seres humanos desean conocer el verdadero amor. Día a día están en busca de encontrar este amor. La única forma de descubrirlo está en Jesús. Muchos la buscan en una relación humana, en una cosa material o algo tangible pero el verdadero amor está en Él.

En el relato bíblico que antecede al texto, una vez más, los letrados y fariseos le han tendido una trampa a Jesús. El mismo había dicho: No creáis que haya venido a abolir la ley. Por lo tanto, según la ley, debe condenar a la mujer sorprendida en adulterio. Pero si la condena, perderá su fama de misericordioso y de amigo de los pecadores que se ha ganado entre el pueblo. Pero si la deja libre, demostrará que pisotea la ley, y le podrán tachar de hereje. Jesús, aparentemente, no se interesa por la trampa que le han preparado con tanta astucia: Inclinándose escribía con el dedo en el suelo. Pero ellos insisten. Quieren conseguir la sentencia a todo precio.

Tampoco yo te condeno. No te condeno porque yo, dentro de poco, seré condenado en tu lugar. Yo pagaré por tu pecado. Parece que la inocencia conoce una sola justicia: la de sufrir por los culpables. Ahora ella se siente curada para siempre por aquel toque de su mano y la mirada que la ha salvado de todos. Perseguida, invadida por el recuerdo de una bondad y amor, de un afecto tan tierno: ya no tendrá necesidad de llenar su pobre vida de pecados. Su corazón está lleno para siempre, de gratitud, de amor, de alegría.

Nick Vujicic, siendo uno de los principales evangelistas del mundo, que ha logrado superar una discapacidad física severa, Nick comprende los sentimientos de duda y ha aprendido cómo compartir el amor de Cristo de muchas maneras.

Si Dios puede usar un hombre que no tiene brazos ni piernas para que sea sus manos y sus pies, ¡ciertamente él usará cualquier corazón que esté dispuesto a dejarse usar! ¿Estás listo para ‘ser Jesús’ en las vidas de otros? ¡Ahora es el tiempo de comenzar! – Nick Vujicic. No es fácil, pero el secreto del gran amor, es amar a otros. Invierte tu vida para ayudar a otros.

 

Departamento de Educación Cristiana