Un lugar para crecer

TEXTO BÍBLICO

Jeremías 1: 5: Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones.

Edición Reina – Valera en español 1960.

 

INTRODUCCIÓN: Vamos a analizar algo fundamental para cumplir con nuestros llamados: ¡no estamos solos! Por supuesto que, en primer lugar, está Jesús con nosotros, ya que prometió acompañarnos en cada momento de nuestras vidas. Pero, además del Señor, también tenemos una iglesia que nos acompaña en nuestro llamado de dos maneras:

CONTEXTO BÍBLICOEl llamado compartido: Esto apunta a aquellos hermanos que tienen el mismo llamado que nosotros, y que nos van a acompañar en nuestro llamado. Dependiendo de cuál sea, esto puede llegar a ser importante a la hora de elegir con quién casarnos. Si volvemos al ejemplo de Pablo, él encontró compañeros de ministerio como Bernabé, Silas, Apolos, etc. Todos ellos compartían el mismo propósito de parte de Dios, y por eso se dedicaron a apoyarse unos a otros.

El llamado colaborativo: Esto tiene que ver cuando otros hermanos no tienen nuestro mismo llamado, pero aun así se disponen a ayudarnos. Esta era la finalidad con la que Pablo les escribía a los romanos. Él iba a necesitar provisiones para su viaje a España, y por eso les escribe solicitándoles que lo acompañen en su llamado, en este caso con ayuda material.

CONTEXTO PARA HOY: Todo cristiano alguna vez se ha preguntado acerca de cuál es el rol que Dios designó para él. Queremos crecer, servir e involucrarnos en la tarea de llevar el Evangelio a toda la humanidad, pero no sabemos cómo. Nunca nos enseñaron a hacerlo. Como iglesia, aunque solemos hablar mucho de propósito, fallamos a la hora de ayudar a cada persona a encontrar el suyo, lo que termina causando frustración y desánimo. Hoy en día, la mayoría de los creyentes no sabe cuál es el rol que le toca.

Queridos hermanos/ as, amigos/as, compañeros/as Ya no sigamos haciendo esta pregunta la respuesta es clara Dios nos necesita, somos sus pies, sus manos, su voz para cumplir el llamado “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20).

 

DEPARTAMENTO DE EDUCACIÓN CRISTIANA Y CAPELLANÍA

Atricia Figueroa Sepúlveda