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N° 3 EL GRAN MANDAMIENTO:

 

TEXTO BÍBLICO: Marcos 12: 28-34. Y amarás al señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay mandamiento mayor que éstos.  – EDICIÓN REINA – VALERA EN ESPAÑOL.1960.

 

INTRODUCCIÓN Los fariseos y los escribas muchas veces trataron de tentar a Jesús con varias preguntas. Sin embargo, otros le hacían preguntas genuinas porque buscaban respuestas. Hay una pregunta la cual fue hecha dos veces por dos personas diferentes, una que quería aprender y otra que quería tentarle Se trata de la pregunta de cuál mandamiento es el más grande de todos.

CONTEXTO BÍBLICO: En aquel tiempo, un escriba que los oyó discutir, al ver que les había respondido bien, se acercó y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los mandamientos?». Jesús respondió: «El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos». El escriba le dijo: «Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios». Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: «Tú no estás lejos del Reino de Dios». Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

CONTEXTO PARA HOY: Amar a Dios con todo nuestro corazón es el mandamiento más importante. Pero, ¿qué significa? Desafortunadamente vivimos en una época donde la palabra amor a terminado significando solo un sentimiento. Amar a alguien se confunde con “me cae bien”. Sin embargo, que alguien “me caiga bien” no necesariamente constituye el amor en términos bíblicos.. Amar a nuestro prójimo como amarnos a nosotros mismos. ¿Quién es nuestro Prójimo?, en primer lugar, el que convive con uno en la misma casa, la persona que tiene una cercanía de parentesco, de sangre. Mi prójimo es el que está cerca porque es mi pariente o mi compañero de trabajo o mi vecino el extranjero que llego a nuestro país. Ayudemos siempre al pobre, hagámoslo con alegría, si tenemos los medios o poder para hacer el bien no te rehúses hacerlo a quienes los necesiten, servir al pobre es servir a Jesús al Señor, y el pagara esas buenas acciones. Y sabemos que los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien …. que el señor que no escatimo en morir por nosotros bendiga sus vidas y familias.

 

POR EL DEPTO. DE EDUC. CRISTIANA Y CAPELLANIA DEL LBMWT. 

Jorge Nuñez Berrios Asistente de Capellanía